- No llevar calcetines.
- Cómo entran las coca colas en cualquier momento. El frescor que notas que parece calmarte una sed acumulada durante décadas.
- Pintarnos las uñas de los pies de colores equivocados, despintarlas, volverlas a pintar y que no importe. Probar todos los colores.
- La horchata y los polos de horchata.
- Dormir sin manta ni pijama. Bueno, esta semana dan ganas de dormir sin piel también…
- El canto de las chicharras que hace que consultar la previsión meteorológica sea una tontería.
- Las piscinas, duchas y cubos de agua para estar en remojo. Bueno y las mangueras, las fuentes, los lagos, los ríos…
- Desayunar, comer y cenar en una terraza. Nos gusta vivir en las terrazas.
- Como huele el jazmín por las noches.
- Los días largos…
- Las siestas en la jornada intensiva viendo pelis. Y la sensación de tener la cara hinchada por el descanso, aunque te impida sonreír de lado a lado.
- El café con hielo.
- El olor del after sun Ecran que huele a todos los veranos de mi vida.
- Las fiestas en las terrazas.
- Leer libros tontorrones y que te pongan de buen humor.
- La arena de playa en las esquinas del bolso, que siempre es como recuperar un recuerdo.
- Perder el tiempo.
- No tener que pensar qué me pongo, cómo me abrigo o si este vestido combina con esas sandalias. En verano, todo vale.
- Andar descalza.
- Las verbenas que se oyen a lo lejos por la noche. Y los fuegos artificiales que parecen celebrar el verano todos los fines de semana.
- Comer, cenar y desayunar helado de chocolate.
- ¡Las vacaciones!
- Pasar el día en Acuopolis Y, sobre todo, que se nos arruguen los dedos por pasar horas dentro del agua.
